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Archive for junio 2013

Para que el silencio no avance

Esta mañana se inauguró la exposición ¡No nos callarán! Las batallas por la libertad de expresión, en el Museo de la Memoria y la Tolerancia. Se recordó que en lo que va del año, en México han asesinado a 72 periodistas y 15 se encuentran desaparecidos. Las cifras de 2012 son escabrosas: con decir 30 asesinatos ya se entiende lo mal que estamos en garantías mínimas de seguridad para la libertad de expresión en este país. Los curadores, entre ellos Sergio Aguayo y Darío Ramírez, de Artículo 19, recordaron que este no es un problema del gremio periodístico, sino de toda la sociedad, pues el derecho a estar informados no puede estar controlado por los criterios de funcionarios delincuentes o por el narco.

Desde el inicio de la administración calderonista, la persecución de profesionales encargados de informar a la población continúa y aun se ha recrudecido recientemente, con ataques, asesinatos, desapariciones y demás formas de imponer el silencio a reporteros, periodistas, directivos, editoriales y medios en general, incluidas las redes sociales. Si eso es indignante, más lo es saber que el 48% de esas intimidaciones y agresiones proviene de funcionarios públicos.

Al pasar a la exposición, en la que aclararon que no se cortaría, sino que se desataría un listón, el recibimiento lo dieron con una mordaza blanca que había que atarse para recordar de qué se trata este esfuerzo por no dejar que el silencio avance y nos aplaste. Lo primero que se ve en la sala es una caricatura emblemática de Abel Quezada, aparecida el 3 de octubre de 1968: un rectángulo negro con el letrero ¿Por qué? Los materiales de la exposición detallan los tipos de agresiones, las zonas más calientes, las historias y algunos rostros de los que han sido silenciados.

Una recreación de un escritorio de trabajo exhibe mensajes intimidatorios en los que o se ofrece dinero a cambio de dejar de “jugarle al héroe” o de plano se chantajea con la muerte del periodista o de su familia.

Para apoyar este esfuerzo de medios y organizaciones nacionales e internacionales, como Artículo 19 y Freedom House, invitan a firmar una carta dirigida a EPN en la que la esencia es menos promesas y más acción. En la fila de los firmantes, por cierto, estaba Carmen Aristegui, quien acababa de transmitir su noticiero desde el mismo Museo.

El grito de no nos callarán no es sólo de los periodistas o de los medios. Es de todos.NONOSC~1

Español de suadero

Para un mexicano, salpicar el habla con uno que otro coño, de cuando en cuando,  pues pasa. Pero de un tiempo para acá, yo creo que la influencia de novelas traducidas, el auge español en economía, deportes, cine, etc., la relativa facilidad para cruzar el charco y la creciente oleada de hispanos que vienen a la reconquista de México ahora que se les cae el techo de la casa, entre otros factores, han puesto en boca y tecleo de cantidad de gente unos españolismos “de puta madre” que, desde mi personal punto de vista, suenan más afectados que la economía actual. Y no se trata de purismos, pero poner giros forzados en un idiolecto ya hecho, quizás cabe cuando se hace con cierta gracia o pertinentemente, pero como yo los he leído y oído, suenan a sumisión ante el resplandor de lo diferente (sea lo que sea que esto signifique).

Arengan a alguien en el facebook con un “venga, Torrijos, ánimo”. Claro, sin las comas vocativas ni acentos ni nada. Ya no preguntan de qué se trata algo, sino “¿de qué va?”. De cuando en cuando mandan “a tomar por culo” a alguien (¿vaciarse una botella por el culo?). En una  entrevista de radio, un funcionario no paraba de “joder” como interjección ante lo que le inquiría la periodista. Le quedaba tan mal, que la entrevistadora le decía “¿joder? ¿Eso lo que tiene como respuesta?” Y el otro todavía insistía en que sí con su tono cantadito de diputado plurinominal chilango. Trocar la s por la v en la despedida para que quede “vale”, igual gana terreno. Pero “vale, vale” dicho con un airecito a jamón serrano, suena como taco de pizza o tostada de pozole; queda re mal, re pateante y re mamón.

Mexpaña

Los veintitantos países que hablamos este idioma tenemos, ergo, ene número de localismos y modismos y moditos y todo para comunicarnos. Y siendo tan grande la familia, lógico es que de pronto, sin querer, traigamos el calcetín del hermano o “las braguitas” (anda, que ya estoy baturreando, joder) de una prima. Pero quererse poner todo el ajuar (outfit, como quieren decir ahora las juventudes) del otro en el habla, aunque sea con calzador, fácilmente llega a unos niveles de afectación y ridiculez evidentes.

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Broken Penguins

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